Es febrero. Y si solo hay un poco de azul en el cielo, todavía podemos ver automóviles y motos clásicas. El cambio climático es una bendición.
No hay salmuera, pero hay un poco de yegua de hoja húmeda en las carreteras más bonitas de izquierda y derecha. Y el dragado en las áreas agrícolas no solo es sorprendente para los motociclistas en un turno.
En resumen: