En el pasado, cuando los autos solo estaban equipados con frenos de tambor, no era necesario un refuerzo de frenos. El conductor pisó el pedal del freno a su propia discreción y el vehículo se desaceleró. Si pedaleaba más fuerte, las ruedas se bloqueaban. La introducción de frenos de disco en los automóviles condujo a la demanda de un servofreno. Un simple invento que en realidad consiste en un 'tambor' redondo con una membrana interior que divide ese 'tambor' en dos mitades. Cuando no se usa el freno, la presión en ambos lados del diafragma es la misma. Si se pisa el pedal del freno, se abrirá una válvula, dejando un vacío en un lado del diafragma y no en el otro. La diferencia de presión actúa sobre un pistón que aumenta la presión de frenado.
Es posible instalar un determinado servofreno con un pequeño ajuste.
0p a peugeot 203 de 1956