Y ahí viene el yerno ideal con su estadounidense devorador de combustible, equipado con el motor V8 más grueso disponible, que produce el sonido más hermoso del mundo a través de los dos tubos de escape, extendiendo un aire dulce en la casa bañada por el sol para conducir.
Te habrás dado cuenta, diferentes espectadores están pellizcando sus narices, mirándote con una mirada de hay-tienes-hay-hay-otra-como-uno. Algunas personas llaman su atención sobre sus responsabilidades ambientales, antes de darle la espalda a su Toyota Prius (totalmente financiado). Su mastodonte americano funciona con gas. En GLP. Sin embargo, no te dejes hervir. Al Ministerio de Vivienda, Ordenación Territorial y Medio Ambiente (VROM) todavía le quedaba algo de dinero (de impuestos) y le dio instrucciones a TNO para averiguar si el GLP es realmente tan limpio. El resultado no le sorprenderá, el gas del automóvil afecta menos el medio ambiente y la salud humana que la gasolina o el diesel. El GLP lleva los combustibles fósiles a la corona en términos de emisiones de CO2, NO2 y NOx. El estudio de comparación se basó en automóviles de gasolina con un convertidor catalítico de tres vías regulado y motores diésel con un filtro de hollín. Con los clásicos, las diferencias pueden ser aún mayores.